viernes, 17 de abril de 2009

Ipodmodernismo


Es imposible negar que el postmodernismo ha traído una que otra ventaja, internet ha sido una de ellas y claro está todo lo relacionado con él. Desde niño he sido fanático de la música, no hay ninguna cosa que me haga sentir tan bien como descubrir un disco nuevo y claro oír los clásicos de siempre.


Desde niño he coleccionado casetes, discos y cuanta cosa relacionada a música me topaba en mi camino. Pero fue creo en el noventa y ocho que tuve acceso a internet desde mi casa. El mundo se abrió para mí.


Al principio conseguir los mp3 no era tan fácil, ni tan rápido como ahora, había poco programas, napster, imesh, limewire pero me atrevería a decir que con la entrada del Ares, la manera de bajar música se hizo un poco más fácil, la introducción a México del infinitum, el internet de banda ancha de cable, etc… hicieron de esto un proceso más fácil y antes de que existiera el megaupload y el rapidshare ya había paginas donde podías bajar los discos completos era un proceso más difícil y tardado de lo que es ahora, pero valía la pena esperar.


Fue en esos ayeres, donde también tuve en mis manos un primer reproductor mp3, era de la marca Creative, una cosa monstruosa del tamaño de un discman, pesada y grueso con una sorprendente capacidad de 64Mb. Sin duda los tiempos han cambiado, pero creo que para todo amante de la música el mejor invento ha sido el Ipod (Hablando de nuestra generación, claro está, así de importantes es el cd, casete, vinyl etcétera).


Fue este aparatito que revoluciono, por tener la gran habilidad de tener una enorme capacidad, haciéndolo totalmente practico a cualquier cosa que había salido antes, poniendo tener de cientos a miles de de álbumes en un solo lugar, y mejor aún de bolsillo.


Lamentablemente este aparatito tiene un precio que llega a lo exorbitante y peor aún se olvido la música para convertirse en status. Es verdad que la marca de la manzanita tiene muy buena calidad y supera por mucho a las ventanitas, pero gano el símbolo de status y es que… “no-to-dos- pue-den- te-ner u-na-mac”.


He leído varios artículos que hablan sobre que se ha perdido esa cultura de intercambiar discos, buscarlos en bazares, encontrar rarezas etc, por la misma ventaja de que en el internet podemos encontrar cualquier bootleg fácilmente. No creo que sea así, sino al contrario creo que ahora para poder encontrar algo tenemos que andar de blog en blog, leyendo wikis, checar el last.fm y es que ahora para los verdaderos amantes de la música, el cielo es el límite (sic). Y creo que si algún día estamos en un bazar, en una tienda, en una venta de garaje y de repente en una caja encontramos una rareza que muy posiblemente ya la habíamos oído gracias al internet, aun así la magia de tener en tus manos ese álbum, ep, bootleg lo que sea, será igual de mágica.


La genialidad del invento de la manzanita es que si estás en el bus, carro, viajando, con tus amigos o en cualquier situación donde la música tenga que estar presente, puedes oír cualquier canción que se te venga a la mente (y que exista en tu biblioteca), ya sabes por ejemplo combinar Metronomy con una canción de Pink Floyd, Charlie Parker con Annie, The Who con Chico Che y todas esas mezclas que depende de tu estado de ánimo y solo un amante de la música las tolera. Bienvenidos al Ipodmodernismo.

sábado, 11 de abril de 2009

Gente Fiestera de 24 houras en el Malecón


Sin duda creo que un momento fulminante en la película 24 Hour Party People de Michael Winterbottom (Película que narra la historia de la firma Factory, famosa por tener a Joy Division, New Order, Happy Mondays, etc.) Un periodista le pregunta a Tony Wilson sobre la relación Nazi con Joy Division(Joy Division, se encargaba de conseguir mujeres arias puras para tener hijos con ellas en la Alemania Nazi), la respuesta de Tony es increíble “Has oído sobre el posicionamiento del postmodernismo” es imposible no reírse y mas con la culminación del gag “…sí, tenemos una banda llamada Joy Division pero también tenemos una banda llamada Durutti Columm, estoy seguro que no tengo que explicar la ironía en eso”. Amo ese chiste.

En estos días playeros, decidí vestirme con una camisa que compre en San Cristóbal. Ya sabes una de esas playeras que hacen los indios de San Juan Chamula, de esas que luego también venden en el puerto o en Coatzacoalcos los que emigran de Chiapas para encontrar una vida mejor. Después de unos cuantos comentarios favorables por parte mis amigos respecto a la camisa, unos en tono sarcástico debo admitir, pensé que el furor de haberme atrevido a usar ropa jipi había pasado.

Más al rato llego a nuestra carpa un grupo de excompañeros escolares, con los cuales ya no tengo ninguna comunicación y mucho menos nada en común; llegaron como todos los años a convivir un rato en la playa, jugar futbol, tomar unas cervezas o simplemente a platicar. Son en estas pláticas donde suelo notar el nivel bajo de educación de México y la falta de concientización de algunos mexicanos.

Extrañamente llevaron con ellos un amigo, al parecer foráneo pero no extranjero. Entablé plática con él y me comentó que estaba en tercer semestre de economía en cierta escuela privada, después de unos tragos más o algo así me dijo lo siguiente: “Ya no mames, usando una camisa jipi y unas chanclas Tommy Hilfiger”, pensé inmediatamente en Tony Wilson y le conteste “Pues son las ironías del postmodernismo”.

Realmente pensé que entendería mi chiste, pero lamentablemente no fue así. Viendo su mirada extrañada pues intente explicarle sobre el postmodernismo, Consenso de Washington, modernidad, etc. Pero al parecer el estudiante de economía no estaba familiarizado con los términos, al final solo le dije “¿Y estás estudiando economía?”.

Es lamentable ir al malecón y ver que la mayoría de gente que se encuentra bebiendo en la barra del malecón se encuentre oyendo Reggeaton( Música misógina de mal gusto, que no te permite diferenciar un artista del otro y donde al parecer el único objetivo es hablar mal de la mujer con una combinación de hip-hop, salsa, ritmos repetitivos) o ver a chavos con camisas de músicos y ni saben quién son o peor aún, que oigan grupos del momento que se aprovechan de la ignorancia de la gente para promover su música solo con el afán de vender con el descaro de no dar una propuesta buena o original.

De quien es la culpa, del gobierno, de las compañías, de las disqueras, de nosotros??? Pues realmente solo diría del gobierno por encerrarnos en este círculo vicioso llamado neoliberalismo, que controla el país, por no promover una cultura correcta y adecuada ni mucho menos un nivel de educación eficiente.

La gente depende mucho de la educación, por qué en Coatzacoalcos son escasos los lugares donde promueven las buenas artes mientras que en Xalapa, la Atenas Veracruzana (sarcasmo), hay demasiados lugares en los cuales uno puede disfrutar buena música, buen cine, buenos libros etcétera, estando las dos en el mismo estado.

Me preocupa mucho el nivel de educación de la gente en Coatzacoalcos y muchísimo más en los jóvenes y al parecer al gobierno parece no importarle, al contrario parece fascinarle. Leyendo el periódico local, note en la sección disque cultural en un pequeño recuadro sobre un cineclub, donde al parecer le dedicaron este mes a la música, vi los títulos y no vi nada sorprendente o alguna que no haya visto, pero si películas que llegue a ellas gracias al internet o por la universidad, y que estoy seguro que nunca las darán en la televisión y ni mucho menos en la televisión abierta, el sábado que viene pondrán un maratón de películas sobre música y uno de los títulos es 24 Hour Party People, estaré ahí y espero contarles algo mejor de Coatza, la próxima vez que escriba aquí.

Sobre posmodernidad e idealismo

Hace algunas semanas hubiera dicho que si bien el desencanto es una característica que trae consigo la posmodernidad, no es importante la consecuencia de sopesar nuestros intereses con nuestros ideales, el mismo desencanto nos llevará a inclinarnos por los intereses. Sin darme cuenta con esta frase alomejor acabé embarrado del materialismo en su estado más primitivo.

Ahora me doy cuenta de que esta condición, aunque nos empuja a buscar el individualismo, también nos hace reducir el interés de la vida a sólo la importancia de nuestra propia existencia. Aunque sí, claramente he disfrutado de todos los beneficios que nos trae la experiencia de la modernidad sin remordimiento y estoy a favor de la búsqueda del individuialismo, había olvidado el desastre al que nos puede conducir. Si es obvio que este individalismo nos vuelve un poco más libres, con capacidad de elecciones volutarias como un desgarre sobre el comportamineto normal, también nos segrega unos a los otros, sin conocernos, como piezas de mecanismos colectivos.

Quiero decir que cuanto más modernos seamos tal vez seremos más libres, al menos eso nos harán pensar, pero cada vez perdemos más nuestra posibilidad de legado, y que si bien es cierto que tenemos algunos momentos de lucidez, también nos volvemos con más frecuencia idiotas, autómatas atrapados por esa dizque real academia que nos dice cómo hablar y qué decir, olvidando que lo importante es basar nuestras actitudes en iniciativas individuales convergentes, sin juzgarnos unos a los otros partiendo de la idea de que en cuanto más nos parezcamos a esos esquemas construidos por "las academias" mejores seremos. Aunque de hecho nuestra condición posmoderna sí nos empuje en algún momento a decidir: ideales o intereses, bien por los que escogen sus ideales y se mueren de hambre, si no ¿cuál progreso? ¿cuál modernidad?