jueves, 7 de octubre de 2010

Sociales

Vientos rebeldes soplaban de vez en cuando, ráfagas frías, heladas de esas que duelen los huesos. La humedad presente me hacía estar mermado. Me encontraba trabajando para un maligno periódico local. Trabaja en la sección de sociales. Mi sueño era ser un gran reportero y ser cada nota, la realidad es que soy muy flojo, ¿Sabes?, muy flojo.
No había mucho que hacer en la sección de sociales, ir a una reunión, tomar fotos, comer bocadillos y tratar de entender a este grupo de señoras, estudiarlas y encontrar el sentimiento perdido de la clase media alta mexicana. Eso sí que era difícil.
Lo demás era escribir notas, notas de sociales. En ese entonces no tenía computadora y la maquína de escribir era un instrumento inútil, trabajaba en una computadora de servicio dentro del periódico. Si tenía suerte mi única compañía era mi soledad y nada más, pero casi siempre estaba Raúl, Raúl Lopéz era el diseñador principal para este periódico y te diré algo sobre los diseñadores gráficos, se lo toman demasiado en serio son unos ñoños.
Aún así Raúl tiene dos cualidades, un excelente oído musical y consigue la mejor marihuana que haya fumando en la vida. Ese aspecto es importante por que suelo recuerdo el frío que me daba en ese viejo cuarto dentro del periódico donde me la pasaba escribiendo notas en una vieja computadora con Windows 2000 y office 2003, era el infierno en la tierra. Gracias a la marihuana de Raúl pude sobrellevar eso con gentileza.
Regresando al principio, después de haber descrito como era la vida laboral en ese entonces, narraré lo que era mi vida social.

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